Este caracol que escribe está un poco liao estos días, por eso ando callada y apenas he subido un recopilatorio de anécdotas fotográficas ya pasadas para que sepáis que estoy viva. En cualquier caso, tampoco será tan extraño para quienes me conocen un poco ver que sigo cayendo en períodos en los que el silencio es todo lo que transmito, right?
Anyway, quería lanzar un nuevo aviso a quienes no solo siguen mis tonterías diarias sino que tratan de echarme una mano en esta empresa mía de montar un laboratorio de investigación en un rincón de East Africa. El mes que viene, allá por el 18 de octubre para ser más concretos, un par de amigas se vienen a hacerme una visita. Aparte de que tengo un montón de ganas de verlas, se nos cruza una oportunidad única para hacer llegar hasta aquí cosillas útiles que tengáis por ahí. Ya vienen cargaditas con material que han juntado ellas, pero si alguien consigue por ahí algo tan valioso como un disco externo, unos eppendorf tubes, unos falcon, placas petri, etc, etc, etc (sabéis que estamos abiertos a casi cualquier cosa que se pueda utilizar en un laboratorio y se pueda transportar en el equipaje facturado o de mano en un avión), si alguien consigue algo, digo, y lo puede hacer llegar a Valencia antes de que se vayan, o a Barajas antes de que facturen, harán lo posible por hacerles hueco.
Por otro lado, estamos haciendo gestiones para plantar un contenedor en Cambridge para recoger material y equipos de un centro de investigación que están desmantelando para trasladarlo a un nuevo y mejor equipado edificio. Si alguien en la isla está “escuchando”, quizá este sea el momento para trasladar esas cosillas que no sabíais cómo hacernos llegar.
¡Ah! Estos días tengo de huésped en mi casa a la doctora Stella Carlomagno, profesora ya retirada de la Università Degli Studi di Napoli, que no contenta con levantar un laboratorio en la Italia de los 70-80 – y vaya si lo levantó, porque menudo CV tiene – lleva siete años viniendo al norte de Uganda (allí donde Joseph Kony ha estado sembrando el pánico y la destrucción hasta hace tres o cuatro años) a dar clase de biología molecular a los estudiantes de medicina de la Universidad de Gulu, y a montar un laboratorio de Microbiología Molecular (ya os dije que yo, ni loca, ni valiente). La semana que viene estará en nuestro curso de biología molecular, dará un par de clases, nos transmitirá sus conocimientos, y nos transferirá la barbaridad de material pedagógico que nos ha traído en forma de videos, libros, presentaciones y prácticamente todo lo que existe en relación a la enseñanza de esas moléculas que nos componen y nos hacen ser lo que somos (y quiénes somos 
La semana pasada cayó un pelín de agua, y Little Grand Canyon volvió a nuestras vidas.
