Apenas un par de días llevaba en casa cuando abrí el correo y vi que dos días después (hoy) volvería a coger un avión. Acabo de llegar a Lisboa. Para introducir un poco de variedad en mi tourné, ha llovido hace muy poquito, las calles están mojadas y bajo los árboles aún llueve. Es difícil darse cuenta de que he cruzado la frontera: nadie ha mirado mi pasaporte cuando he llegado, hay anuncios del Corte Inglés por todas partes y llevaba el cambio justo en mi monedero para pagar el autobús, sin cambios, sin comisiones, sin líos.
A veces me da la sensación de que mi vida es un chiste mal contado…
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