miércoles, 8 de agosto de 2012

Y de postre, un cuadradito de chocolate

Hoy al salir del labo - más bien del despacho que está dentro del labo - he cazado a mi jefe ya recogiendo para irse. Voy aprendiendo a sacarles partido a estos encuentros porque la mayor parte del tiempo es todo lo que tengo para sacar información del hombre más ocupado de Western Uganda. Quería irme andando, pero como le retenía hablando, me ha llevado en coche hasta el horno (unos dos minutos y porque hay baches a la salida de la universidad) y, ya que estábamos, me he aprovechado de la circunstancia y he cargado una garrafa de dieciocho litros de agua. Cuando voy yo solita andando tengo que ir de cinco en cinco litros, así que una oportunidad así no se puede dejar pasar Sonrisa.

No sé muy bien por qué, ha tomado el camino más largo para ir hacia nuestros apartamentos en Lagos y así he visto por primera vez un montón de casas que ni sabía que existían y están aquí detrás a tiro de piedra. La fisonomía de este pueblo me desorienta. Por algún motivo, las cosas parecen estar más cerca de lo que realmente están. Creo que es porque los caminos no siguen la trayectoria más corta, sino que salen siempre un poco en oblicuo o hacen curva, y así dos puntos que están relativamente cerca acaban estando a una distancia mayor.

He salido cansadita así que no he seguido currando al llegar a casa. Además, tenía colada acumulada y me he puesto a frotar un ratito en el barreño. Lo que peor llevo es lavar los calcetines… Ya casi acababa de frotar cuando se ha ido la luz. Lo he dejado todo en remojo y me he ido a preparar algo para cenar a la luz del frontal. Había comprado un par de cosas en el horno para no tener que cocinar, pero la ensalada de tomate que he preparado para mañana tenía tan buena pinta que he decidido cambiar el orden en el que los productos entraban a mi estómago. Qué rico el untico, mmm… Así, a la luz de la linterna con disfraz de vaca y con el popurrí de música que llevaba mi hermana en el móvil, que tan pronto te suelta un Todos los días sale el sol, chipirón como te acuna al son de la banda sonora de Dirty Dancing, he dado cuenta de unos tomates que no llevan etiqueta (ni precio) de orgánicos, pero me extrañaría que tuvieran algo que no fuera tomate en ellos. Esto me encanta…

Ya ha vuelto la luz, pero yo ya me he quedado en modo semi-apagado lista para irme al sobre, y si dejo pasar el momento me desvelaré, no habrá quien duerma y por la mañana será un suplicio levantarse. Me ha salido aburrida la historieta, lo siento, ya dije que andaba escasa de inspiración. Solo quería atar cuatro eventos cotidianos y usarlos de excusa para saludar y, de paso, tratar de ponerme en modo escritura, que este mes he de conseguir poner en negro sobre blanco unas cuantas ideas, a ver si convencemos a alguien de que merecemos la pena y nos dan dinerito pa investigaaaaaarrrrr…

Ya lo he hecho, ya me he liao, y ahora a ver a qué horas me duermo…

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