Ha llegado a mis poco atentos oídos que ha habido un brote de ébola en Uganda. He estado mirando qué ha pasado y el brote es bastante al norte de aquí, en la zona medio-oeste de Uganda, no aquí, en el sudoeste. El ébola es una de las infecciones víricas más letales que se conocen, además de escandalosas y dolorosas para los enfermos puesto que se trata de una fiebre hemorrágica, pero solo se contagia por contacto directo con sangre, fluidos corporales u órganos infectados. Hasta ahora ha habido catorce muertes, ocho de la misma familia, y todas ellas con contacto directo con el primer caso detectado, una pequeña de cuatro meses una mujer embarazada (no lo sé muy bien, la verdad, cada uno dice una cosa).
Como digo, la zona en la que se ha producido el brote está muy lejos de aquí y ni tengo intención ni motivo para visitarla. Ya me gustaría a mí tener conocimientos que me llevaran allí a tratar de solucionar el problema, pero nope, yo sigo siendo una rata de laboratorio y no sirvo como personal de contingencia en este tipo de sucesos.
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